厄瓜多尔主权祖国联盟运动执行书记 多丽丝·索利斯
市政协开展编制"十三五"旅游业发展规划专题调研
厄瓜多尔主权祖国联盟运动执行书记 多丽丝·索利斯
I Foro de los Partidos Políticos de China-CELAC
7 al 9 de diciembre de 2015
Pekín, China
Lema: “La innovación, el desarrollo, la cooperación y el futuro, los desafíos que enfrentan los partidos políticos de China y los países latinoamericanos y sus respectivas soluciones”
Tema: “Caminos de desarrollo”
“América Latina-China, convergencias para un desarrollo mutuo y reconocimiento de diferencias”
Vocativos
Breve introducción
Como Secretaria Ejecutiva del Movimiento Alianza PAIS, les extiendo un gran saludo fraterno, de solidaridad, de amistad, de hermandad a todos y todas quienes en estos días participan de este I Foro de los Partidos Políticos de China- CELAC.
Un saludo especial al pueblo chino por recibirnos con alegría, con afecto, con la hospitalidadmilenaria que les caracteriza. Invocamos a que este Foro fortalezca y profundice nuestras relaciones, compartamos experiencias y sembremos de esperanza, de alegría este presente para un futuro mejor de América Latina-China; un mejor futuro para la humanidad, principalmente, para quienes luchamos por terminar con todas las formas de pobreza, miseria y exclusión.
Estos han sido los males históricos de nuestros países; los males estructurales que por siglos, décadas han sometido a generaciones enteras a condiciones infrahumanas inaceptablespeor aún en el siglo XXI.
Vías de desarrollo
Si queremos hablar de Vías de desarrollo, debemos estar dispuestos a discutir los problemas fundamentales del llamado atraso, subdesarrollo y sus periferias. Decimos con claridad y contundencia que la pobreza y la miseria son problemas globales, estructurales y que, precisamente, nosotros, los pueblos en vías de desarrollo, hemos pagado demasiado caro esta condición histórica. No fuimos nosotros, como pueblos, como naciones, los que escogimos esta condición. No olvidemos que fueron élites, estamentos, castas, imperios, etc., quienes de manera violenta nos sometieron a un orden internacional de acumulación de capital. A una División Internacional de Trabajo que sojuzgó y sojuzga a miles de millones de seres humanos.
América Latina y El Caribe, sin duda, han venido peleando, luchando de manera permanente por terminar con esta condición, y todas y todos somos testigos de esos males estructurales. Décadas de lucha, cientos de vías, miles de muertos que han sembrado nuestras tierras de dolor. Cada pueblo, cada nación ha recorrido sendas distintas para liberarse de la opresión y, sin duda, a fines del siglo pasado, y todo lo que llevamos de este nuevo siglo, han sido años de poderosas experiencias liberadoras. Cada pueblo ha escogido su vía para salir del atraso pero lo que es cierto y decisorio es que todos estos pueblos han decidido hacerlo por la vía de la paz.
Nuestro país, Ecuador, hace más de nueve años, decidió respaldar el proyecto político de la Revolución Ciudadana, que liderado por nuestro compañero presidente, Rafael Correa, sin duda alguna, ha removido las viejas estructuras de la opresión, puso fin al proyecto neoliberal que por más de treinta años nos llevó a condiciones de miseria y pobreza, nunca antes vistas. Cientos de miles de ecuatorianos tuvieron que salir del país buscando alternativas para vivir y mantener sus familias. Un país que había perdido su soberanía y autodeterminación. Que estaba a merced del capital transnacional, de cierta banca nacional que nunca le importó el bienestar de nuestra gente. Un sistema estatal y una democracia fallida que perennizó a las élites, condenando a cada ciudadano a vivir sin esperanza de futuro.
El proyecto político de la Revolución Ciudadana
El proyecto de la Revolución Ciudadana surgió como la concentración de todas las demandas sociales, económicas pero principalmente políticas. Nuestro proyecto político ya daba cuenta en el 2006 de la necesidad urgente de pensar y hacer un proyecto integral que transformara al Ecuador radicalmente pero por la vía pacífica. Más de nueva años de estar en el poder del Estado ha significado una mejoría substancial para las mayorías. Miles de ecuatorianos han salido de la pobreza pero sabemos bien que aún tenemos como reto terminar rápidamente con la extrema pobreza.
Necesitaríamos largar horas para contarles todos los logros pero basta con decirles que Ecuador ya no es el país del pasado. Que cuando dijimos Volver a tener Patria, más que un eslogan, era la síntesis de las demandas populares. Recuperamos la Patria y ahora podemos decir con fuerza que Ecuador ya cambió, pero que somos conscientes que falta mucho por hacer y que sin el apoyo constante y continuo del pueblo ecuatoriano no podríamos hacerlo.
Las transformaciones que ha vivido nuestro país son el producto no de la improvisación, de las coincidencias, sino de una rigurosa planificación participativa; de priorizar a los más necesitados. De priorizar los recursos económicos en bienestar de la población entera. Somos una democracia en revolución y una revolución en democracia. El Estado está al servicio de los y las ciudadanas; consideramos que el mercado es necesario pero al servicio de nuestra gente. Así planteamos una vía de desarrollo acoplado a nuestras necesidades.
Tenemos claridad de que no existe una sola vía al desarrollo, sino múltiples vías y que cada pueblo de manera soberana escoge su camino. Pero la memoria y la historia no deben permitirnos distracciones momentáneas ni errores políticos. Sabemos que como pueblos, que esos errores los hemos pagado caro. Que ilusiones pasajeras han significado décadas de atrasos y abandonos que lo han pagado los más pobres del continente.
Socialismo del Buen Vivir
Nosotros proponemos una vía de desarrollo a la que denominamos Socialismo del Buen Vivir. Que impulsa los valores, los principios del humanismo junto al respeto a la naturaleza, valga decir, que somos el primer país en el mundo que reconoció derechos a la Naturaleza. Nuestra vía al Socialismo del Buen Vivir se concentra en una relación armónica entre ciudadanos y naturaleza. Que la política sea la práctica ejemplar de servicio a la comunidad y no para servirse a uno mismo. Que la política sea la herramienta que articula la dinámica social del capital para ponerlo al servicio del ser humano. Impulsamos la igualdad pero con equidad; la equidad pero con justicia social. Impulsamos la redistribución de la riqueza. Reconocemos el papel importante que tiene la empresa privada: pequeñas, medianas y grandes empresas. Pero también reconocemos que el Estado tiene un rol fundamental en regular el mercado para hacer de el, no un fin sino un medio para el bienestar de la población.
En ese marco sabemos que la integración integral: bilateral, regional, de bloques, Sur-Sur es clave a la hora de preservar lo alcanzado e ir por más en beneficio de nuestros pueblos. Comprendemos que la integración debe ser integral, no reducida solo a relaciones comerciales, financieras sino que debe ser a todo nivel: seguridad social, cultural, política, etc. La historia nos enseña que si no nos integramos estamos condenados al fracaso.
Hemos dado pasos fundamentales en la integración de América Latina: UNASUR, CELAC, son ejemplos de aquellos; que con diferentes perspectivas políticas e ideológicas, los gobiernos cumplen el mandado popular de que la unidad es necesaria e ineludible.
También comprendemos como pueblos de que es hora de avanzar mucho más allá y consolidar las relaciones con la República Popular de China. Sin duda alguna, este país se ha convertido en un referente mundial y juntos contribuimos a la construcción urgente y necesaria de un mundo multipolar. China ha dado saltos cualitativos impresionantes en beneficio de su pueblo. Como regiones nos necesitamos mutuamente para salir del subdesarrollo. Compartimos principios como el de la soberanía, la paz, la igualdad, la coexistencia pacífica. Como pueblos nos necesitamos para comprender no solo nuestras diferencias y asimetrías sino también para comprender lo que nos une: igualdad, equidad, justicia y paz.
Toda América Latina y El Caribe, me permito decirlo, reconoce la importancia estratégica que tiene China en el mundo actual. China reconoce que América Latina y El Caribe es un continente que está emergiendo. Que somos pueblos diversos, diferentes con asimetrías complejas pero que estamos claros que la pobreza no es un ideal ni una condición aceptable ni tolerable para ningún ser humano. Que es necesario, como nunca antes, apostarle a la ciencia, la tecnología, la innovación pero sobre todo al talento humano, la educación a todo nivel para salir del subdesarrollo.
Nuestro proyecto político es claro en esto: la máxima prioridad son nuestros niños y niñas, nuestros jóvenes. Que la educación integral gratuita desde la primera infancia hasta la universidad debe ser y es gratuita. Ese es la mejor vía al desarrollo: inversión en el ser humano. Solo así tiene sentido las transformaciones en la infraestructura social que hemos hecho: carreteras, hospitales, vivienda, escuelas, colegios, universidades, seguridad social, etc.
Esa es la vía al desarrollo que no tiene duda en poner al ser humano en su centro; no es una visión egoísta sino que prioriza al ser humano como lo fundamental para el desarrollo social, solo así el cuidado de la naturaleza será posible con tecnología que nos permita salir de un modelo primario exportador perverso, excluyente y miserable.
Lo decimos con fuerza ideológica y política: la sociedad del conocimiento es la vía del desarrollo que venimos desplegando. Políticas públicas (más de 10 mil becas completas a las mejores universidades del mundo) al servicio de la ciudadanía. Pero también entendemos que no todo es política pública. Es clave que nuestros pueblos, nuestros ciudadanos no olviden la historia ni la memoria social para no repetir e insistir en proyectos políticos que fracasaron rotundamente como lo fue el neoliberalismo.
Que para alcanzar esa vía al desarrollo exigimos el compromiso de los llamados países del primer mundo porque también tienen responsabilidad en cambiar el mundo injusto en que vivimos. Exigimos justicia y redistribución de la riqueza del mundo. Exigimos justicia social y ahora más que nunca justicia ambiental. Pero sobre todo comprender que los pobres no pueden seguir esperando un futuro que nunca llega.
Cualquier vía al desarrollo requiere, necesita, unidad en la diversidad, necesita integración productiva, comercial, tecnológica. Necesitamos que los sistemas de cooperación reconozcan que somos pueblos asimétricos; que requerimos transferencias de tecnologías para no profundizar la dependencia. No solo queremos vender materias primas sino poder generar valor agregado. Necesitamos financiamiento para el desarrollo para infraestructura, industrias básicas y avanzar en una sustitución selectiva de importaciones. Una sociedad de productores y propietarios.
Somos pueblos solidarios con culturas distintas, diferentes, diversas, pero con un fin común: terminar con la pobreza y la miseria. Invocamos a ese pasado común; a esos primeros contactos que se registran entre ambos pueblos desde 1560, desde la famosa ruta de la seda. Siglos después seguimos dialogando y ahora más que nunca tenemos este gran instrumento que es CELAC que como foro nos permite dialogar a fondo de una manera pragmática, impulsando una infraestructura física que una a ambas regiones. A principios de este año se realizó el I Foro de Cooperación CELAC-China que bajo el lema: “Nueva plataforma, Nuevo punto de Partida y Nuevas Oportunidades-Esfuerzos Conjuntos para promover la Asociación de Cooperación Integral China-América Latina y El Caribe” se acordaron diferentes documentos, principalmente un Plan de Cooperación CELAC-China.
Recordamos este encuentro porque es un hito clave a la hora de seguir impulsando vías al desarrollo. Ecuador, la región entera, requiere inversiones en infraestructura y transporte; en energía y recursos naturales; comercio, industria, agricultura, educación, turismo, cultura, deporte, etc.
La vía que cada país siga, no puede dejar de lado, serían un craso error, el fortalecimiento al interior de América Latina y El Caribe, como región, como también el fortalecimiento de las relaciones con China. Estamos claros que somos países con asimetrías a todo nivel. Pero también estamos claros que la integración no se debe postergar. El continente latinoamericano en sus diferencias y semejanzas tiene fines comunes: terminar con la pobreza, la miseria y la exclusión. Tiene una meta superior: terminar con un modelo primario exportador, superar el subdesarrollo y avanzar a un modelo de desarrollo centrado en la innovación, la ciencia, la tecnología y el talento humano.
Despedida
Compañeras y compañeros del Partido Comunista de China, de los partidos de América Latina y El Caribe, este es un evento histórico, único que nos impele a reflexionar, a trabajar en conjunto. Sabemos de las diferencias ideológicas y políticas pero es más lo que nos une que lo que nos separa. Ha sido más de una década ganada en pos de nuestros pueblos. Que la democracia se construye con justicia social y redistribución de la riqueza. Que nuestros pueblos deciden sus propias vías de desarrollo pero que sin duda éstas deben llevarnos a un modelo de desarrollo hacia una sociedad del conocimiento que será, sin duda, una sociedad del bienestar, del Bien Común.
¡Un abrazo revolucionario, Altivo i Soberano!
Doris Soliz Carrión
Secretaria Ejecutiva Movimiento Alianza PAIS